Arte
y poder si fusionan en el Museo
Arqueológico Nacional de Madrid.
Muchos son los
factores que a lo largo de la historia han influido en las relaciones de poder,
en la cultura y en el arte de las distintas civilizaciones. Desde la
prehistoria, pasando por la Edad Media, Moderna y hasta nuestros tiempos.
A través de la
exposición permanente de este museo podemos conocer cómo eran y se comportaban
nuestros antecesores en cuanto a formas de vivir, cultura, expresión del arte,
formas de negocio y sobre todo, clases sociales.
Empezando por la
Prehistoria donde se observa cómo ya en los inicios de la humanidad, se dejaban
claros los roles sociales. Continuando por los Íberos, Fenicios, esos grandes
mosaicos que representan tantísimas cosas artísticas. Llegando a la Hispania
Romana donde las relaciones de poder se hacen cada vez más fuertes.
Representado en esculturas, trajes de seda y oro, armas… Y es que en cada etapa
de la Historia, el ser humano ha querido dejar claro su estatus ante el resto y
todo ello se ha reflejado a su vez en el arte de cada época y civilización.
Esto se puede ver en objetos domésticos, las viviendas, los enterramientos
(sobre todo en Egipto), los decorados y estatuas, etc…
La desigualdad cada
vez está más presente, algo que se ha ido ‘’cociendo’’ hasta llegar a nuestros
días, donde a día de hoy, por desgracia hay muchísima diferencia social.
Y es que mientras
exista poder, habrá desigualdad. Quien tiene poder domina el mundo y esto es
así. Tener una facultad superior sobre algo o alguien, condiciona mucho el
desarrollo de normal de las civilizaciones. Deberíamos ser todos iguales pero
si lo fuéramos, ¿habría descontrol social? ¿Realmente sabríamos vivir en
igualdad de condiciones?
En cuanto a la
relación del poder con el arte, en la exposición hemos apreciado como reyes y
grandes personalidades de cada época disponían de una gran muestra cultural. El
lujo cada vez es mayor según el grado de poder.
Y es que actualmente,
nos sigue importando más lo material, el tener más como símbolo de importancia.
No nos conformamos con un móvil de 100€, queremos el de 600€ para ser los más ‘guays’.
Y en la antigüedad pasaba lo mismo, la apariencia sigue siendo una de las
grandes preocupaciones de la sociedad. Y mientras esto sea más importante que
cualquier otra cosa, habrá desigualdad social, cultural y artística.
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